Foto: mercedes gómez martín
Decía Eduardo Díaz que un objetivo es “un deseo con patas”. Yo anoté aquella metáfora en mi libreta. También tenía anotados unos versos: Sólo tu corazón caliente / Y nada más, escribía García Lorca en su poema “Deseo”. Sobre cómo conectar con los deseos, sobre cómo calentar el corazón y escuchar las propias necesidades ya he hablado en algunas entradas de este blog. Pueden indagar si lo desean. Entren, mi casa es su casa.
Peter Drucker, filósofo de la economía, decía una frase que he leído estos días atrás y que me ha gustado mucho: “La mejor forma de predecir el futuro es creándolo”.
La cosa va un poco de eso, de imaginar, de inventar, de poner nuestra creatividad al servicio del deseo trayéndolo del futuro al presente.
Uno de los aspectos que sin duda nos hacen sentir realizados, plenos, es estar en el lugar donde queremos estar o en el camino, en su defecto. Con tu permiso te hago esa misma pregunta: ¿Estás dónde quieres estar? ¿Te habías hecho esa pregunta alguna vez? Si la respuesta es NO, probablemente ya estás empezando a desplazarte y generando un deseo por efecto contrario. Y ahroa ¿qué vas a hacer con eso?
Hoy me gustaría darle vueltas a la parte práctica del asunto. ¿Cómo concretar un objetivo? ¿Cómo ponerle patas a ese deseo? ¿Qué factores tenemos que tener en cuenta a la hora de plantearnos un objetivo para que tenga mayor garantía de éxito?
No hay otro lugar en el que estar que no sea el ahora. Le llamaremos Estado Actual, el punto de partida. Si has decidido cambiar algo en tu vida es porque hay partes en conflicto (el coaching ontológico le llama “quiebre”), necesidades no resueltas, insatisfacciones, voluntad de mejora, de evolución, en definitiva deseo de cambio. Identifiquemos el conflicto, pongamos nombre al lugar a donde queremos llegar. Le llamaremos Estado Deseado. El deseo de cambio puede estar en cualquiera de los aspectos de tu nuestras vidas, en el ámbito relacional (con la pareja, con los hijos, padres, amistades) en lo laboral, estudios (mejora de mi rendimiento, cambio profesional, optimizar mis recursos), en el ámbito de crecimiento personal (sentirse realizado, aclarar lo que uno desea, gestión de emociones, autoconocimiento) y en tantos lugares como podamos imaginar. ¿Yo qué quiero? Esa es la primera pregunta. Y es importante ese verbo: querer. Queda prohibido el verbo opuesto “deber”. Fíjense que diferencia más grande existe entre la simple frase “Yo quiero cambiar de trabajo” a la frase “Debería cambiar de trabajo”. En el primero hay deseo, en el segundo duda. El lenguaje construye realidad (Echeverría) por eso es importante estar atentos a cómo hablamos, a cómo nos contamos. Si lo que quiero es mi deseo, por tanto, sólo me queda transformarlo en Objetivo. Algunas pautas útiles: 0. Motivación. Antes de iniciar el camino conviene plantearse ¿Para qué? . ¿Qué quiero conseguir con lo que me propongo¿ ¿Qué quiero evitar? ¿Qué beneficios voy a obtener cuando lo alcance? Situarnos en esto nos ayudará a motivarnos y dejar claro a dónde vamos. Imagínate con todo lujo de detalles cómo será la situación y encarnar, llevar al cuerpo, lo que veremos, lo que escucharemos y lo que sentiremos. Dedícate un tiempo a parar y a escucharte. Proyéctate en el momento de haber conseguido el objetivo. El cambio, como diría Joe Dispenza en su libro Deja de ser tú, ya ha empezado a crearse en tu mente y en tu cuerpo. Ya existe. 1. La redacción del objetivo tiene que ser concreta, específica. Cuanto mayor concreción más claro tenemos que ir. “Yo quiero ser feliz” sería un objetivo poco concreto y “Quiero mejorar la relación con mi pareja” sería más concreto. Centrifugar al máximo el deseo, explorarlo. Ir a la raíz. No nos vayamos por las ramas. En el que caso de tener dificultades para concretar siempre podemos generar subobjetivos y hacer el proceso con cada uno, en el orden más beneficioso para nosotros.
2) El objetivo se planteará de manera positiva. Es cuestión de dónde ponemos el foco. Si planteamos un objetivo del estilo “no quiero tener problemas con mi jefe” le estoy dando fuerza a la idea del problema. Si por contra lo expreso de la siguiente manera: “Quiero tener una buena relación con mi jefe” estoy poniendo toda la atención en la solución y no en el problema. Cuestión de enfoque. 3) Lo que me propongo conseguir ¿Depende de mí? ¿Está en mi mano conseguirlo? Para que el objetivo sea exitoso tiene que depender al máximo de nosotros mismos y no de factores o agentes externos. El objetivo exige de nosotros acción y responsabilidad con nuestro propio proceso., nos cede todo el protagonismo. Si me pongo como objetivo “Este año encuentro pareja” es evidente que no dependerá sólo de mi. En cuestiones relacionales como esta se deberá trabajar “qué voy a hacer yo para conseguir eso”, teniendo en cuenta que la otra parte no depende de nosotros. 4) Conviene que nos preguntemos cuál es el plazo adecuado para la consecución del objetivo. Adecuarlo al máximo a nuestra necesidad siendo realistas. Un buen ajuste evitará desmotivación si el objetivo tarda en llegar, por ejemplo. Planificar este proceso por pasos nos ayudará a tener una perspectiva del recorrido a andar. ¿Cuál es el primer paso? ¿Qué haré después? 5) El objetivo tiene que ser “ecológico” y aquí el adjetivo se refiere a que su logro no debe afectar negativamente a otros aspectos de nuestra vida o a otras personas. En ocasiones formulamos objetivos que son incompatibles con otros objetivos personales o con algunas creencias que tenemos instaladas. Eso podría dificultar el avance bloqueando inconscientemente su logro para salvaguardar la otra parte. Conviene preguntarse entonces: ¿Qué ganaré y qué perderé con el logro? ¿En qué contexto es adecuado el objetivo y en cuáles no?
Aplicando estos simples pasos a nuestro objetivo nos quedará un objetivo más cercano al deseo y con más probabilidades de éxito. Por último, y antes de PASAR A LA ACCIÓN, dedícale un espacio a analizar cuáles son tus recursos para lograr tu objetivo. ¿De qué herramientas dispongo? ¿Qué habilidades tengo? ¿Qué me falta? ¿Dónde puedo conseguirlo? SI deseas que te acompañe en tu proceso de cambio contacta y nos ponemos manos a la obra.